Transeúnte, esta es la tumba de Diofanto: los números
pueden mostrar, ¡oh maravilla! la duración de su vida. Su niñez ocupó la sexta
parte de su vida; después, durante la doceava parte, de vello se cubrieron sus
mejillas. Pasó aún una séptima parte de su vida antes de tomar esposa y, cinco
años después, tuvo un precioso niño que, una vez alcanzada la mitad de la edad
de su padre, pereció de una muerte desgraciada. Su padre tuvo que sobrevivirle,
llorándole, durante cuatro años. De todo esto se deduce su edad.
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