Los Libros Sibilinos eran una colección de profecías y
advertencias enviadas por los dioses para ayudar al Estado Romano. Una
sacerdotisa extranjera se presentó ante Tarquino el Soberbio, el último rey de
Roma, con el deseo de venderle nueve libros llenos de oráculos sibilinos. Como
el tirano no consideró conveniente comprar los libros al precio que pedía, la
mujer se marchó y quemó tres de ellos. Poco después, volvió con los seis
restantes e intentó venderlos al mismo precio. Tarquino se negó de nuevo a
comprarlos. La mujer se marchó otra vez, quemó la mitad de los libros que le
quedaban y, llevando los tres restantes, pidió la misma cantidad. Tarquino acabó
por comprarlos.
( Dioniso de Halicarnaso en "Historia Antigua de
Roma")
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