Todavía
hay muchos de quienes se puede oír que un adivino le anunció aguardarle un gran
peligro en el día del mes de marzo que los romanos llamaban los idus. Llegó el
día y yendo César al Senado saludó al adivino y como por burla le dijo: «Ya han
llegado los idus de marzo»; a lo que contestó con gran reposo: «Han llegado,
sí; pero no han pasado»
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