¿No ves hasta qué punto los padres son complacientes con sus
hijos de una forma y las madres de otra?. Los padres les ordenan que se
levanten temprano para dedicarse a sus estudios, incluso en días festivos no
toleran que estén ociosos y los hacen sudar y a veces hasta llorar: las madres,
en cambio, quieren estrecharlos en su regazo, conservarlos a su sombra, que
nunca se vean afligidos, nunca lloren, nunca trabajen.
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