Has ido conmigo a los tribunales; me has visto defender a
toda clase de hombres. ¿Creíste que mis defendidos eran inocentes?. ¡Uno entre
mil, hijo mío, uno entre mil!. Lo que pasa es que yo fui más hábil que los
magistrados o aquellos infernales senadores. La ley es una meretriz que sólo
sonríe a los que echan mano al bolsillo con mayor rapidez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario