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jueves, 2 de julio de 2015

CARTA DEL CÓNSUL MARCO ANTONIO A UNOS INSATISFECHOS Y HUMILLADOS PRETORES MARCO JUNIO BRUTO Y CAYO CASI LONGINO



¿Quién os creéis que sois, para exponer vuestros anuncios en todas las ciudades, desde Brutium y Calabria hasta Umbría y Etruria? He promulgado un edicto cónsul que se pondrá allí donde se arranque el vuestro, desde Brutium y Calabria hasta Umbría y Etruria. Dirá al pueblo de Italia que los dos actuáis en función de vuestros propios intereses personales y que vuestro edicto no tiene autoridad pretoriana. Advertirá a quien lo lea que si ve más avisos no oficiales que lleven vuestro nombre, deberán considerar dichos avisos como traiciones potenciales, y que sus autores podrían muy bien ser designados enemigos públicos.


Eso es lo que diré en público. Pero en esta carta iré más lejos. Es verdad que os estáis comportando como traidores, y no tenéis derecho a exigir nada al Senado ni al Pueblo de Roma. En lugar de gimotear y quejaros por vuestras comisiones de grano, deberíais estar a los pies del Senado dando mil gracias abyectas por haberos asignado cualquier tipo de responsabilidad oficial. Al fin y al cabo, asesinasteis al hombre que era el legítimo gobernante del Estado romano. ¿De verdad creísteis que os regalarían sillas curules y coronas de oro con incrustaciones de piedras preciosas por cometer una traición? ¡Creced, adolescentes estúpidos y mimados!


¿Y cómo os atrevéis a acusarme en público de haber dicho que intentasteis agitar a mis legiones macedonias? ¿Por qué demonios iba a hacer correr esos rumores, decidme? Callad y sentad la cabeza, o tendréis aún más problemas de los que ya tenéis.


( C. McC. )


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