Pero ni siquiera de este modo se atrevió (Escipión el
Africano) a emprender la guerra, antes de que los hubiese ejercitado con muchos
esfuerzos. Así pues, recorriendo todos
los campos mas próximos, cada día construía y derribaba un campamento después
de otro, y cavaba zanjas muy profundas y las volvía a llenar y levantaba
grandes muros y los echaba abajo, y él en persona supervisaba toda esta labor
desde la aurora hasta el atardecer [...] unos tenían la orden de cavar zanjas,
otros de fortificar, otros de levantar tiendas, y limitaba el computo del
tiempo fijado para ello y lo media.
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