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miércoles, 17 de junio de 2015

PUBLIO PAPINIO ESTACIO, SOBRE LA ESTATUA DE BRONCE DEL EMPERADOR DOMICIANO




Tal obra no teme al invierno pluvioso, ni al triple haz de rayos de Júpiter, ni a las legiones de vientos que Eolo retiene, ni a la injuria durable del tiempo: seguirá enhiesta mientras duren la tierra y el cielo y la gloria de Roma. Y aquí, al amparo de la noche silente, cuando los dioses de lo alto se complacen en las cosas de la tierra, la turba de los tuyos, abandonando el cielo, descenderá a abrazarse en torno a ti; y acudirá con ellos a ese abrazo tu hijo y tu hermano y tu padre y tu hermana: tu cuello acogerá a todos los astros.


( Silvas)

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