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viernes, 26 de junio de 2015

HERÓDOTO ACERCA DEL BANQUETE QUE PERSAS Y TEBANOS CELEBRARON ANTES DE LA BATALLA DE PLATEA EN 479 a. C.





Una vez concluido el banquete, y mientras los asistentes bebían a discreción, el persa Atagino que con él compartía el diván le preguntó, expresándose en griego, que de dónde era, a lo que Tersandro le respondió que era de Orcómeno. "Pues mira -le dijo entonces el persa-. ya que has compartido conmigo mesa y brindis, quiero dejarte un testimonio de mi perspicacia, para que, prevenido de antemano, puedas adoptar personalmente la decisión que más te convenga. ¿Ves a esos persas que asisten al banquete? ¿Recuerdas al ejército que hemos dejado acampado a la orilla del río? En breve plazo comprobarás que, de entre todos ellos, los supervivientes son sólo unos cuantos. "  Y, al tiempo que manifestaba ese comentario, el persa se deshacía en llanto. Entonces Tersandro, perplejo ante su afirmación, le dijo: "¿Pero es que no hay que comunicarle estas impresiones a Mardonio y a los persas que le siguen en rango?"  "Amigo -respondió el persa a sus palabras-, lo que por voluntad divina se ha de cumplir, no está al alcance de ser humano evitarlo: de ahí que nadie quiera prestar oídos ni a quienes proclaman hechos dignos de crédito. Y, aunque esto que te digo lo sabemos muchos persas, seguimos adelante, pues somos prisioneros de lo ineluctable. Por eso, la peor angustia del mundo estriba en tener conciencia de muchas cosas pero no poder controlar ninguna."



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