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jueves, 28 de mayo de 2015

LAS CIUDADES DEL IMPERIO





Para los romanos, la realidad fundamental de la vida política era la ciudad, y el Imperio no era otra cosa que una federación de ciudades. 




En principio, Roma, al entrar en conflicto con sus hermanas de Italia, se encontró frente a ciudades libres como ella misma, cada una de las cuales tenía su propia administración, su ejército y sus leyes.



En vez de aniquilarlas, se las compuso para hacerlas sus aliadas, y los casos de destrucción, como Alba Longa o, posteriormente, Cartago, son muy raros.



En general, Roma firmaba un tratado de alianza con las ciudades conquistadas, y éstas conservaban una amplia autonomía, asegurada a veces por la protección de su vencedora en caso de peligro.



Esto fue lo que ocurrió por lo que refiere a Grecia, donde los conquistadores se apresuraron a proclamar la "liberación" de Atenas, de Esparta... En efecto, mientras que los reyes de Macedonia se habían limitado sencillamente a anexionarse las antigua ciudades, los romanos permitieron que cada ciudad conservara sus
propias leyes.




En Oriente, donde la vida de la ciudad se aproximaba a la organización de la propia capital, la conquista romana aportó pocos cambios. Alejandría, Antioquía, Efeso, etc., siguieron ejerciendo como antes la influencia debida a su riqueza y a la actividad intelectual cuyo centro constituían.



La situación era muy distinta en Occidente, donde en tiempos de la conquista sólo existían modestas aldeas. Pero, rápidamente, en la Galia, en Hispania y en Britania se formaron ciudades que recordaban la
ciudad romana.




A veces, los reyes indígenas tomaban la iniciativa de estas funciones para modernizar sus reinos; este fue el caso de Juba, rey de Mauritania, que cubrió su país de centros urbanos, el más célebre de los cuales fue Volubilis.



También los ciudadanos romanos establecidos en las tierras conquistadas pusieron las bases de aglomeraciones urbanas que recordaban las de su tierra natal.



Muy pronto, estas ciudades recuperaron su atraso: En la Galia, por ejemplo, bajo los Antoninos, se diferenciaban ya poco de las de las provincias orientales, y sólo hicieron falta una o dos generaciones para que estas aglomeraciones urbanas alojaran una población numerosa y fuesen centros de vida social y económica.



Estos centros se convirtieron en los instrumentos por excelencia de la dominación; al principio, porque impusieron a los ojos de todos los modelos arquitectónicos directamente inspirados en las normas romanas que introducían en tierra extranjera el gusto y el espíritu latinos; y después, porque fueron los lugares de encuentro e integración de elementos de población llegados a una fase evolutiva diferente.



Fueron los centros de todas las emulaciones, de todo progreso político y social. El autóctono que contemplaba al colono medía el camino que le quedaba por recorrer para llegar al nivel de su ideal.



Los estudios se perfeccionaban después en Roma, que modelaba a dichos autóctonos para que los particularismo se atenuaran y para que los ciudadanos de las provincias ejercieran sobre sus compatriotas de las zonas rurales una primacía comparable a la de los romanos sobre los demás habitantes del Imperio.



Un ejemplo: París romano

La calle que nos lleva a través del Sena hasta el centro de la isla en la que se levanta Notre Dame, y que más al Sur sube en pendiente con el nombre de Rue St. Jaques, es el "cardo" romano, que cruzaba de Norte a Sur la Lutetia Parisiorum y la isla era el núcleo a partir del cual creció la ciudad romana.




- Al extenderse por la margen sur, colinas arriba, para librarse de la zona pantanosa del río, se construyó un foro (a) en el lugar donde ahora la rue Soufflot se cruza con la rue St. Jaques.



- Las Termas del Foro (b) estaban tocando a la actual estación del metro de Luxemburgo.



- Había dos termas más: Bajo el College de France (c), y las Termas de Cluny (d), estas últimas con un imponente vestíbulo central construido sobre subterraneos, con un frigidarium en una alcoba y otras estancias caldeadas a distintas temperaturas.



Se conservan algunas ménsulas de los ángulos de bóveda que representan proas de barcos cargados de armas.

- Un anfiteatro (e), parcialmente restaurado estaba al Este, y proporcionaba a la vez espectáculos escénicos y luchas de fieras.






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