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martes, 19 de mayo de 2015

LA NOVENA LEGIÓN DE QUINTO CICERÓN EN LA GALIA ( HERMANO PEQUEÑO DE MARCO TULIO CICERÓN )




La novena legión estaba compuesta por auténticos veteranos que habían sido alistados en la Galia Cisalpina durante los cinco últimos meses del consulado de César. Eran soldados que, les gustaba decir, se habían abierto camino peleando desde el río Ródano hasta el océano Atlántico y desde el Garona, en Aquitania, hasta la desembocadura del Mosa en Bélgica. A pesar de lo cual todos rondaban los veintitrés años de edad; eran jóvenes curtidos a los que nada asustaba. Racialmente eran semejantes al pueblo contra el que llevaban peleando cinco años, porque César los había seleccionado del extremo más alejado del río Po, en la Galia Cisalpina, cuyos habitantes eran descendientes de los galos que habían caído sobre Roma unos siglos antes. De manera que eran más bien altos, rubios o pelirrojos, de cabello y de ojos claros. Pero no se trataba de que esta afinidad sanguínea hiciera que se ganasen la simpatía de los galos de cabellera larga, pues los soldados debían odiar a los galos de cabellera larga, belgas o celtas, daba igual. Las tropas pueden vivir sintiendo respeto hacia el enemigo, pero no pueden vivir con sentimientos de amor, ni siquiera de piedad. El odio es una emoción preceptiva para llegar a ser un buen soldado.



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