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lunes, 16 de marzo de 2015

CÉSAR CAVANDO CON SUS LEGIONARIOS


César fue a pie durante toda la marcha y participó con la pala, ayudando al grupo que cavaba, más que nada para animar a los hombres y aclararles hacia dónde se dirigían y qué era lo que probablemente encontrarían al llegar allí. Su presencia era siempre un consuelo, pues la mayoría de los soldados habían cumplido ya los dieciocho años, pero a veces la edad mental no corresponde a la física y todavía sentían añoranza de su tierra. César no era un padre para ellos, porque ninguno podía imaginarse, ni siquiera en la más disparatada de sus fantasías, tener un padre como César, pero emanaba una colosal confianza en si mismo que no perdía brillo por el hecho de tener conciencia de su propia importancia, de modo que con él se sentían a salvo.


( C. McC. )




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