Filipo despreciaba a las personas de
orden y que se preocupaban de sus bienes pero alabaga y honraba a los
individuos extravagantes y a los que gastaban el tiempo jugando a los dados y
bebiendo....Algunos se afeitaban e iban sin barba a pesar de ser adultos,
mientras que otros tenían la osadía de montarse como animales y fornicar entre
sí aunque ya tenían barba. Solían llevar consigo a dos o tres prostitutos cada
uno, y ellos mismos prestaban ese tipo de servicios a otros. Con razón, pues,
habría dicho cualquiera no que eran los "compañeros del rey", sino
unos "compañeros de lecho" cualesquiera....
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