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INTRODUCCIÓN
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Constantino I el Grande (c. 274-337), emperador
romano (306-337), el primero de ellos convertido al cristianismo. Fundador de
Constantinopla (la actual Estambul), capital del Imperio romano de Oriente (y
más tarde Imperio bizantino) hasta 1453.
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LOS PRIMEROS AÑOS
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Nacido con el nombre de Flavio Valerio
Constantino, en Naissus (hoy, Niš, en la actual Serbia), hijo del prefecto del
Pretorio (jefe militar de la Guardia Pretoriana) Constancio Cloro (más tarde
emperador Constancio I) y de Elena (que llegó a ser canonizada como santa
Elena). Luchó contra los sármatas y se unió a su padre en Britania, en el 306.
Fue tan popular entre sus tropas que le proclamaron augusto cuando Constancio
murió ese mismo año. Sin embargo, durante las dos siguientes décadas tuvo que
luchar contra sus rivales al trono, y no logró ser emperador único hasta el
324. Siguiendo el ejemplo de su padre y de los
anteriores emperadores del siglo III, en su juventud fue un henoteísta solar:
consideraba que el dios romano Sol era la manifestación visible de un Dios
Supremo invisible (summus deus), que era el principio del Universo, y
que era equiparado con el emperador romano. Su adhesión a esta creencia resultó
evidente tras afirmar que vio al dios Sol, en el 310, mientras estaba en una
arboleda de Apolo, en la Galia, en el mismo año en que derrotó a Maximiano. En
el 312, en la víspera de una batalla contra Majencio, su rival en la península
Itálica e hijo de Maximiano, se dice que soñó cómo se le apareció Cristo y le
dijo que grabara las dos primeras letras de su nombre (XP en griego) en
los escudos de sus tropas. El día siguiente, la leyenda dice que vio una cruz
superpuesta en el sol y las palabras “con esta señal serás el vencedor” (en
latín, in hoc signo vinces). Derrotó a Majencio en la batalla del Puente
Milvio, cerca de Roma, en octubre de ese año (312).
El Senado aclamó al
vencedor como salvador del pueblo romano y le tituló primus augustus.
Constantino consideró que el Dios cristiano le había proporcionado la victoria,
por lo que abandonó sus anteriores creencias paganas. Detuvo la persecución de
los cristianos, y Licinio Liciniano, su coemperador, se le unió en la
proclamación del Edicto de Milán (313), que ordenó la tolerancia del
cristianismo en el Imperio romano y restituyó a la Iglesia los bienes
confiscados.
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ÚNICO DIRIGENTE
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Pronto comenzó la lucha por el poder entre
Licinio y él, de la que en el 324 emergió único dueño del Imperio tras derrotar
a aquél en Crisópolis. Como emperador de Oriente y Occidente, comenzó a
realizar reformas administrativas importantes. Reorganizó el Ejército, y
completó la separación de la autoridad civil y militar, comenzada por su
predecesor, Diocleciano. Dirigió el gobierno central, en compañía de un consejo
asesor, conocido como el sacrum consistorium. El Senado recuperó sus
poderes, los cuales había perdido en el siglo III, y comenzó a emitir el sueldo
(solidus) de oro, que fue la moneda de uso hasta el final del Imperio
bizantino. Intervino en los asuntos eclesiásticos
procurando establecer la unidad de la Iglesia, amenazada por el arrianismo; con
este fin presidió el primer Concilio ecuménico de la Iglesia en Nicea, en el
325.
También comenzó la construcción de Constantinopla, en el 326, en el emplazamiento del antiguo Bizancio griego. La ciudad se terminó en el 330 (ampliada más tarde), y fue embellecida con antiguas obras de arte griego. Además, Constantino construyó iglesias en Tierra Santa, donde se supone que Elena, su madre, encontró la Vera Cruz en la que se crucificó a Jesús. El emperador fue bautizado poco antes de su muerte, el 22 de mayo del 337.
EL EMPERADOR CONSTANTINO I EL GRANDE
EN UN MOSAICO DE LA BASÍLICA
DE SANTA MADRE SOFÍA,
EN CONSTANTINOPLA ( LA ACTUAL ESTAMBUL )
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También comenzó la construcción de Constantinopla, en el 326, en el emplazamiento del antiguo Bizancio griego. La ciudad se terminó en el 330 (ampliada más tarde), y fue embellecida con antiguas obras de arte griego. Además, Constantino construyó iglesias en Tierra Santa, donde se supone que Elena, su madre, encontró la Vera Cruz en la que se crucificó a Jesús. El emperador fue bautizado poco antes de su muerte, el 22 de mayo del 337.
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VALORACIÓN
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Constantino unificó un imperio tambaleante,
reorganizó el Estado romano y preparó el terreno para la victoria final del
cristianismo a finales del siglo IV. Muchos eruditos modernos aceptan la
sinceridad de su convicción religiosa. Su conversión fue gradual; en un
principio es probable que asociara a Cristo con el victorioso dios solar.
Sin
embargo, en la época del Concilio de Nicea (325), era un cristiano convencido,
aunque aún toleró el paganismo entre sus súbditos. A pesar de ser criticado por
sus enemigos como defensor de una religión cruel y falsa, consolidó el Imperio
romano y aseguró su supervivencia en Oriente. Como primer emperador que gobernó
en el nombre de Cristo, fue una de las principales figuras en el inicio de la
Europa cristiana medieval.
LA DONACIÓN DE CONSTANTINO A LA IGLESIA CRISTIANA
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