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martes, 16 de septiembre de 2014

PREPARATIVOS DE MARCO PORCIO CATÓN PARA LLEVAR A SUS LEGIONES A ÚTICA, ATRAVESANDO EL TÓRRIDO DESIERTO LIBIO


Se tejieron los sombreros, y Arsinoe y las inmediaciones se quedaron sin asnos, ya que Catón descubrió por mediación de Sócrates y Nasamones que las mulas beberían y comerían demasiado. Los asnos, más pequeños y resistentes, fueron las bestias de carga elegidas. Afortunadamente a ningún granjero ni mercader le importó trocar sus pollinos por mulas; aquellas eran mulas del ejército romano, de la mejor raza. Catón adquirió cuatro mil asnos a cambio de sus tres mil mulas. Para tirar de los carromatos se llevó bueyes, pero resultó que era imposible comprar ovejas. Al final tuvo que conformarse con mil vacas y mil cabras.


Esto no es una marcha, es una emigración, pensó. ¡Cómo debe de estar riéndose ahora Labieno, a salvo en Utica! ¡Pero yo le enseñaré! Aunque muera en el empeño, haré llegar a mis diez mil a la provincia de África en condiciones de combatir. Pues Catón tenía diez mil hombres, contando a los no combatientes que se llevó también. Ningún general romano exigía a sus soldados que marcharan, construyeran, lucharan y además cuidaran de sí mismos.


 Cada centuria constaba de cien hombres, pero sólo ochenta eran soldados; los otros veinte eran sirvientes que molían el grano, cocían el pan, repartían el agua durante la marcha, se encargaban de las bestias y carromatos de la centuria, y limpiaban y lavaban la ropa. No eran esclavos, sino ciudadanos romanos que no se consideraban aptos para el combate: patanes de escasa inteligencia que recibían una pequeña parte del botín pero los mismos sueldos y raciones que los soldados.


Mientras las mujeres cirenaicas tejían los sombreros, los hombres elaboraban odres para el agua, porque las ánforas de arcilla, con la base en punta y una forma concebida para colocarse en un armazón o en un espeso lecho de serrín, eran demasiado pesadas para amarrarlas dentro de cuévanos a los lomos de un asno.


Además, Catón dispuso que no se llevara vino para los oficiales y legados, ni una sola gota. Sólo agua. Todo los legionarios beberían agua, incluidos los oficiales y demás altos mandos.



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