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jueves, 18 de septiembre de 2014

EL SENADO Y EL PUEBLO SANTIFICAN A OCTAVIO AUGUSTO




El Senado hizo incluir mi nombre en el cántico de los Sacerdotes Salios y una ley prescribió que poseería, a perpetuidad y de por vida, carácter inviolable para mi persona y la potestad de los Tribunos de la plebe. Cuando el pueblo me ofreció el Pontificado Máximo, que mi Padre había ejercido, lo rehusé, para no ser elegido en lugar del Pontífice que aún vivía No acepté ese sacerdocio sino años después, tras la muerte de quien lo ocupara con ocasión de las discordias civiles; y hubo tal concurrencia de multitud de toda Italia a los comicios que me eligieron, durante el consulado de Publio Sulpicio y Cayo Valgio [12 a.C.], como no se había visto semejante en Roma.



( Octavio Augusto )



BUSTO DE OCTAVIO AUGUSTO, CON LA CORONA DE LAUREL

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