Sin
embargo, César amó más que a nadie a Servilia, madre de Marco Bruto, a quien
durante su primer consulado le regaló una perla que valía seis millones de
sestercios, mientras que durante la guerra civil, además de otras donaciones le
adjudicó por una puja mínima grandes propiedades subastadas, ocasión en que
Cicerón le dijo en broma: «Para que lo sepáis, la compra ha sido más ventajosa,
pues se le ha deducido un tercio». Se rumoreaba, en efecto, que la hija de Servilia, Tercia, también
amaba a César.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
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