“Lo que mejor sienta a la juventud es la modesta, el pudor, el amor a la templanza y la justicia. Tales son las virtudes que deben formar su carácter”.
Con esta frase Sócrates estaba sugiriendo que los jóvenes debían esforzarse por cultivar ciertas virtudes que les ayudarían a ser personas mejores y más respetables. Estas virtudes son la modestia, el pudor, el amor a la templanza y la justicia.
La modestia se refiere a no tener un sentido excesivo de la importancia de uno mismo, sino ser humilde y reconocer que hay cosas que todavía necesitamos aprender y mejorar.
El pudor se refiere a la capacidad de sentir vergüenza y evitar comportamientos inapropiados. Esto implica ser respetuoso con los demás y con uno mismo.
El amor a la templanza se refiere a la capacidad de controlar los impulsos y comportarse de manera equilibrada y medida. Esto implica no dejarse llevar por las emociones y ser capaz de tomar decisiones racionales.
Finalmente, la justicia se refiere a la capacidad de actuar con integridad y equidad hacia los demás. Esto implica ser justo y tratar a los demás de manera igualitaria.
Según Sócrates, si los jóvenes lograron cultivar estas virtudes, tendrán una base sólida para convertirse en personas virtuosas y exitosas en la vida.
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