Decía que, desde luego, nada en
absoluto se consigue en la vida sin entrenamiento,
mientras que éste tiene el poder de triunfar sobre todo. Aunque la
gente
debería, pues, vivir felizmente cuando en lugar de los esfuerzos
inútiles escogen
aquellos conformes a la naturaleza, son desgraciados por causa de
su
demencia. Y, en verdad, es de lo más agradable el desprecio del
placer mismo,
si es objeto de un entrenamiento previo, y así como los que están
acostumbrados
a una vida de placer se pasan de mal grado al modo de vida
opuesto, del
mismo modo los que se han entrenado en el modo de vida opuesto experimentan
más placer despreciando los placeres mismos. Discurría de este modo
y parece que actuaba en consonancia... Decía que llevaba
exactamente el mismo
tipo de vida que Heracles, sin anteponer nada a la libertad.
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