Y tanto más se apresura uno en recuperar la patria,
cuando más aparece a ojos ajenos como digno de mayor respeto. Incluso para los
jóvenes es la patria objeto de sus pasiones, pero los viejos, por el hecho de
ser más sensatos que los jóvenes, tienen más arraigado ese deseo de la patria. En efecto, todos los
ancianos se apresuran y rezan
pidiendo acabar sus vidas en suelo patrio.
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