Aristipo (435 a. C. - 350 a. C.)
fue un filósofo griego fundador de la escuela cirenaica que identificaba el
bien con el placer.
Nació en la ciudad africana de
Cirene en 435 a. C. Cuando fue a presenciar los juegos olímpicos fue traído por
la fama de Sócrates, lo buscó y se hizo su discípulo. Estuvo con el maestro
hasta su ejecución, volvió a su patria, donde en sus últimos años enseñó
filosofía para mantenerse. Fue el fundador de la escuela cirenaica, propugnadora
del hedonismo "cirenaico".
Tuvo una hija filósofa llamada Areta,
que fue sucesora de la escuela.
Sus ideas, algo semejantes en el
punto de partida con las socráticas, divergen de ellas notablemente en el
fondo. Partiendo del dicho de Protágoras de que «el hombre es la medida
de todas las cosas», empezó por despreciar la dialéctica y dar importancia solo
a la ciencia positiva. Defendió el nominalismo y el sensismo, al igual que Antístenes,
pero diferenciándose radicalmente de él por su ética. La felicidad para
Aristipo consiste en el placer; a mayor placer, mayor felicidad; y, como el placer
más intenso es el sensible, este es el que hay que perseguir. Dentro del placer
sensible solo interesa el placer presente (parón páthos), sin que tengamos que
preocuparnos por el futuro, ya que este es incierto. La σωφροσύνη (sofrosine),
la prudencia, es la que guía en la búsqueda del placer, para saber elegir el
más adecuado; pero el hombre no debe ser dominado por el placer, sino dominarlo
(en lo que hay una cierta atemperación del hedonismo) (Diógenes Laercio,
XI, 65104).
Desea que el hombre sea siempre
superior a sus instintos básicos y así su placer se combinaba con una relativa
libertad de espíritu. Tal superioridad la produce la cultura de la
inteligencia. En ese punto se aproximaba a Sócrates, que consideraba
también la ciencia como condición indispensable para la humana felicidad. Pero
Arístipo reducía toda la ciencia y sus ventajas al dominio del sentimiento
individual. La virtud, por tanto, no era para él más que la moderación en la
fruición, pero moderación interesada, para que no se agote la fuente del
placer.
Con la inteligencia cultivada
distinguía los placeres sensuales de los intelectuales, los puros de los que
llevan mezcla, los egoístas de los desinteresados. Aristipo es el primero de la serie
de filósofos hedonistas, cuyo pensamiento prosiguen en cierto modo Epicuro,
Hobbes, Locke, Hume, Bentham, Stuart Milll y Spencer. Éstos aceptan el placer
como el bien, pero a diferencia de Aristipo, los placeres intelectuales son
preferibles a los del cuerpo.
Según Diógenes Laercio, escribió
multitud de obras, muchas de carácter frívolo y ajenas al campo de la
filosofía. Ninguna de ellas subsiste. Se conservan cuatro Cartas bajo su
nombre, evidentemente apócrifas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario