Cuando el alma de un hombre se marcha del cuerpo, un
cierto gran misterio allí es promulgado. Si una persona está bajo la culpa de
pecado, los demonios y los ángeles caídos 
capturan el alma y la arrastran como un cautivo a su lugar. Nadie
debería estar sorprendido por este hecho. 
Porque si un hombre vivió la vida atado, siendo esclavo obediente a
estos demonios, mucho más lo será cuando abandona este mundo.






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