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domingo, 13 de octubre de 2019

PAULO OROSIO



Paulo Orosio (en latín, Paulus Orosius) (¿Braga, provincia de Gallaecia?, c. 383-¿?, c. 420) fue un sacerdote, historiador y teólogo hispano, posiblemente natural de Bracara Augusta (lo que hoy se conoce como Braga, Portugal) ​ Aunque hay algunos interrogantes sobre su biografía, como la fecha exacta de nacimiento, se sabe que fue una figura de gran prestigio desde el punto de vista cultural, dado que tuvo contacto con las grandes personalidades de su época, como Agustín de Hipona o Jerónimo de Estridón. Para relacionarse con ellos viajó por ciudades de la costa meridional del mar Mediterráneo, como Hipona o Alejandría.

 

Dichos viajes determinaron su vida y su producción intelectual. Con san Agustín no solo conversó sobre temas teológicos, sino que pudo colaborar con él en la elaboración de la obra La ciudad de Dios.​ Además, este lo eligió en 415 para viajar a Palestina e intercambiar información con otros autores, lo que también le permitió participar en un concilio en Jerusalén y, de vuelta, portar las reliquias de san Esteban. Finalmente, su fecha de fallecimiento tampoco se sabe con exactitud, aunque, en cualquier caso, no parece posterior a 423.​

A lo largo de su vida escribió tres obras, de entre las cuales sobresalen las Historiæ adversus paganos. Se trata de uno de los libros con más repercusión de la historiografía en el paso de la Edad Antigua a la Edad Media, así como de la hispana de todos los tiempos. Además, es el escrito en el que el autor pone de manifiesto su metodología histórica. Es básicamente una narración histórica desde los primeros tiempos hasta el momento en el que vive, aunque dando un papel preeminente a los pueblos paganos.​

 

Paulo Orosio fue una figura altamente influyente tanto desde el punto de vista divulgativo (Historiæ adversus paganos fue una de las principales obras utilizadas hasta el Renacimiento para estudiar la Antigüedad) como historiográfico (su metodología histórica tuvo gran repercusión en historiadores posteriores).​


A pesar de que su obra ha tenido una gran repercusión, su biografía está cargada de interrogantes que impiden reconstruirla con precisión y seguridad. Dichos interrogantes, por la escasez de fuentes, son especialmente pronunciados en su nacimiento y su fallecimiento. ​ No obstante, se trata de un autor ampliamente estudiado y por tanto existen diversos estudios que proponen fechas para ambos sucesos.

 

Las principales referencias para la biografía de Orosio provienen de los escritos de Genadio de Marsella y Braulio de Zaragoza, aunque no hay que olvidarse de sus propias obras.​ Además, Orosio es mencionado en algunas cartas de san Agustín.

Respecto al apelativo de Paulo Orosio, la duda no está en «Orosio» sino en el nombre antepuesto de «Paulus». Básicamente, el problema está en que no se sabe completamente si se llamó así o si simplemente era Orosio y con el paso del tiempo se le incorporó el otro nombre. Esto pudo ocurrir debido a que la sigla «P» de presbítero siempre acompañaba a su nombre, y con el paso del tiempo posiblemente se generó la confusión.​

 

Sin embargo, esta idea tiene lagunas de base, pues ya en autores inmediatamente posteriores a Orosio aparece el nombre Paulo. De hecho, incluso el propio Casimiro Torres Rodríguez, uno de los principales estudiosos sobre la figura de Orosio, señala que Paulo pudo ser la acepción cristiana y Orosio la indígena, una teoría que tampoco habría que descartar.

Sea como fuere, es un tema que ha sido ampliamente estudiado, para el cual la teoría más actualizada quizá sea la de Pedro Martínez Cavero, otro gran estudioso de la figura orosiana.​

 

En cuanto a su origen, se trata de un tema polémico aunque prácticamente resuelto. Fundamentalmente hay cuatro teorías en torno a este tema, que escuetamente resumidas son:

Nacimiento en Braga: es la idea más aceptada por ser la que más puntos de apoyo tiene. Si no fuese Braga, al menos habrá que pensar en una zona del entorno de Galicia. Para esta afirmación se puede recurrir a la propia obra de Orosio, o a dos epístolas de san Agustín, la 166 y la 169.


Nacimiento en Tarragona: esto se ha mantenido porque en las Historias Orosio habla de Tarraconem nostra.​ El autor decimonónico Theodor von Mörner​ sostuvo esta idea, pero hoy en día no parece factible sostenerla por un único indicio.

Origen en La Coruña (Brigantia): esta teoría es relativamente novedosa, y parte únicamente de que Orosio la cita dos veces en el apartado geográfico de las Historias.
Origen en Bretaña: es una teoría similar a la anterior, el dato aportado por los que la sostienen es el conocimiento más o menos profundo de esta zona por Orosio.

 

Por último, la fecha de nacimiento no consta en ningún lugar, pero se han hecho cálculos que aportan una más que posible. Si en 415 hay constancia de que san Agustín habló de Paulo Orosio como «un joven presbítero», eso significa que en ese momento no podía tener más de 40 años —por ser joven— ni menos de 30 —por ser presbítero—.​

De ese modo, habría una horquilla de diez años que permitiría fijar la fecha entre 375 y 385, aunque la fecha más aceptada se fija en 383, debido a que eso supondría que cuando Orosio llegó junto a san Agustín tendría 32 años, es decir, pasaron dos desde que fuera ordenado presbítero.

 

A pesar de la escasez de fuentes al respecto, si se da por buena la fecha de nacimiento del apartado anterior —o, al menos, la horquilla de diez años entre 375 y 385— habría que enmarcar a Paulo Orosio en un momento de auge cultural junto a Hidacio, los Avitos o el propio Orosio.​ También hay que tener presente que el priscilianismo estaba en pleno desarrollo.

Las teorías clásicas plantean que Paulo Orosio podría pertenecer a una familia de buena posición social,​ lo cual le permitió acceder a una buena formación. Esta se desarrolló en términos cristianos, aunque Orosio, aceptando que nació en Braga, tuvo siempre un fuerte conocimiento de la cultura rural del momento.

 

La historiografía contemporánea señala que desde la juventud de Orosio se tenía la imagen de que era locuaz y erudito,​ aludiendo a afirmaciones tanto de san Agustín como del papa Gelasio I. En cualquier caso, todo lo referente a la juventud del autor no son más que hipótesis y conjeturas, pues, como ya se ha dicho, junto a su desaparición, es la época peor conocida de su biografía.

En principio, es seguro que Paulo Orosio vivió en Gallaecia (Hispania noroccidental) hasta 409, pero a partir de ahí, y hasta 415, no hay ninguna fecha segura. La cronología tradicional, o al menos la más extendida,​ plantea la sucesión de hechos que se desgranará en los siguientes párrafos.

 

Al parecer, Orosio tuvo que salir de Braga a raíz de las invasiones germanas. La fecha en que esto se produjo no está clara, pero lo que no se pone en duda es que salió de allí abruptamente. Incluso, el propio Orosio afirma que fue perseguido hasta la misma playa en la que embarcó.​

De entre todas las fechas planteadas para la salida de Braga, que van desde 409 hasta 414, lo más operativo es quedarse con las dos más aceptadas:

 

410: sostenida por G. Fainck. Así, Orosio tendría un margen de cinco años para colaborar con san Agustín antes de su viaje a Palestina.

414: la más aceptada. La propia obra de Orosio, Commonitorium, que data de 414, habla de su llegada, su encuentro con san Agustín, etcétera.

 

Lo cierto es que una vez Orosio salió de la península ibérica tenía claro que su destino era Hipona, para encontrarse con el mayor intelectual de la época: san Agustín. Desde su llegada, Orosio pasaría a formar parte del equipo que trabajaba junto a Agustín de Hipona, por lo que es posible que el autor colaborase en la elaboración de La ciudad de Dios o que al menos conociese la obra.

En 415, san Agustín encargó a Orosio una tarea que solo podía realizar alguien de su más profunda confianza: viajar a Palestina para encontrarse con Jerónimo de Estridón, otro escritor con el que las relaciones no eran precisamente buenas.

 

El viaje a Palestina respondía a un doble motivo: el interés de Orosio, que quería tratar con Jerónimo de Estridón diferentes temas teológicos —en especial el relacionado con el origen del alma— y el interés de san Agustín, que le mandaba para estrechar lazos con dicho intelectual y para recabar información sobre la herejía pelagianista.​

De hecho, en 415, una vez instalado en Belén junto a Jerónimo, Paulo Orosio se entrevistó con el propio Pelagio por mandato de san Agustín. Además de recabar información sobre el pelagianismo, Orosio participó en 415 en un concilio en Jerusalén, en el cual Orosio mantuvo un enfrentamiento con Juan II —obispo de Jerusalén—, que le acusó de hereje ante todo el cónclave. Para defenderse, Orosio escribió su segunda obra, Liber apologeticus, en la cual rechazaba dicha afirmación de manera tajante.​

 

Lo primero que hizo Orosio al encontrarse con Jerónimo fue entregarle la correspondencia que traía para él de parte de san Agustín, lo que implicaba que el viaje estaba concebido desde el primer momento como de ida y vuelta, pues también debía entregar la correspondencia de Jerónimo a san Agustín a su vuelta. En paralelo a esto, a fines de 415 aparecieron las reliquias de san Esteban, y parte de estas fueron encomendadas a Orosio para que las trasladase hasta Braga.​ Eso marcaría tanto el inicio de su viaje de regreso como, desde el punto de vista actual, de una nueva época de su vida carente de fuentes para su estudio.


Dado que las reliquias de san Esteban aparecieron el 26 de diciembre de 415, Orosio no pudo partir con anterioridad a esta fecha. Aunque su idea era ir a Braga, tenía que pasar a la fuerza por Hipona —de hecho llevaba escritos de Jerónimo para san Agustín—, y también hay constancia de que pasó por Jerusalén y por Alejandría, aunque esto último no se sabe si lo hizo a la ida, a la vuelta o en ambas ocasiones.

 

Durante su segunda estancia en Hipona, mantuvo una larga entrevista con san Agustín, en la que le entregó la correspondencia que portaba de parte de Jerónimo y le informó del encuentro que tuvo con Pelagio.​ Durante este reencuentro con san Agustín se gestó la gran obra de Paulo Orosio, las Historiæ adversus paganos. Sin embargo, surgen problemas a la hora de datar tanto la elaboración como la finalización del libro, para lo cual hay opiniones de diversos tipos:

La hipótesis tradicional dice que el libro se llevó a cabo entre 416 y 417.​ La fecha se apoya en que en el Liber apologeticus aún no dice nada de su labor como historiador, y que en el prólogo habla del libro XI de la Ciudad de Dios de san Agustín, el cual no se publica hasta 416. Para justificar que Orosio escribiese siete libros en tan poco tiempo, se dice que pudo usar resúmenes.

Una hipótesis más moderna, sostenida por Torres Rodríguez, dice que Orosio paró por segunda vez en Hipona un tiempo muy breve, para intentar volver a Hispania, cosa que no consiguió, y escribir el libro en una tercera estancia en Hipona, lo cual explicaría que en sus Historias se hable de sucesos ocurridos en Hispania en 417.

 

Una tercera teoría ya clásica, sostenida por T. von Mörner y G. Fainck, habla de que se realizó un trabajo previo por parte de Orosio antes de viajar a Palestina. De hecho, esta idea ha sido reactivada por M. P. Annaud-Lindet en fechas más recientes, aunque con la variante de que Orosio habría escrito durante su regreso desde Palestina.

Tras la publicación de las Historias, no hay apenas información sobre Paulo Orosio. Se sabe que estuvo en Menorca, pero se desconoce la fecha en que falleció. Esta ausencia de referencias a Orosio pudo deberse a un distanciamiento con san Agustín, el cual no hace ninguna referencia clara a las Historias de Orosio una vez publicadas. Genadio de Marsella indica que el autor vivió, al menos, hasta el fin del mandato del emperador Flavio Honorio, que se prolongó hasta 423, pero no hay ninguna noticia de Orosio desde 417, y parece poco probable que un autor tan activo estuviese seis años sin dar noticias.​

Existen más posibilidades, desde una posible muerte repentina hasta una suerte de leyenda que habla de que Orosio finalmente llegó a Hispania, fundó un monasterio cerca del Cabo de Palos y terminó allí sus ideas, algo que hoy por hoy parece poco probable.​


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