Si las mujeres quieren gobernar
como soberanas, nunca deberían casarse y tener hijos. Son muy pocas las mujeres
que puedan superar el amor maternal. Incluso a Cleopatra, que debió de asesinar
a centenares de personas (incluida a una hermana y un hermano), se la puede
controlar con una simple amenaza a sus hijos. Un Rey de Reyes es capaz de
asesinar a sus hijos, pero no la Reina de Reyes.
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