O bien gobierno al Senado, o
bien el Senado me gobierna a mí. Si fuese un organismo de hombres sabios,
estaría agradecido de recibir su consejo, pero el Senado está compuesto de
facciones y fricciones. Y desde luego jamás se me ocurriría abolir el Senado. Lo
que debo hacer es reeducarlo, si bien no es eso algo que se consiga en un solo
día... ni en un solo consulado. La correcta función del Senado es la de
recomendar leyes decentes y dejar el gobierno ejecutivo a los magistrados
electos.
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