Pietas era una de las
principales virtudes de la Antigua Roma que ha sido traducida de formas
diversas como "deber", "religiosidad"1 o
"comportamiento religioso", "lealtad",
"devoción" o "piedad filial".
Fue la virtud distintiva del
héroe fundador Eneas, al que a menudo se le da el epíteto adjetivado pius en la
Eneida de Virgilio. La naturaleza sagrada de pietas fue encarnada por su
personificación divina, Pietas, una diosa a menudo representada en las monedas
romanas. El equivalente griego es eusebeia.
Cicerón definió pietas como la
virtud "que nos exhorta a cumplir con nuestro deber en nuestro país o con
nuestros padres u otros parientes de sangre". El hombre que poseía pietas
"realizaba todos sus deberes para con la divinidad y para con los seres
humanos, plenamente y en todos sus aspectos", según lo describió el
estudioso de los clásicos del siglo XIX, Georg Wissowa.
La pietas erga parentes
("pietas hacia nuestros padres") fue uno de los aspectos más
importantes de los que demuestran virtud. Pío como un cognomen surgió como
forma de indicar a una persona que era especialmente "piadosa" en
este sentido: anunciar la pietas de una persona a través de la nomenclatura
oficial parece haber sido una innovación de la República tardía, cuando Quinto
Cecilio Metelo Pío clamaba sus esfuerzos para que su padre, Numídico, volviera
del exilio. La Pietas también se extendió hacia los "padres" en el
sentido de "antepasados", y fue uno de los principios básicos de la
tradición romana, según lo expresado en el cuidado de sus muertos. También
existía la pietas a la patria (pietas erga Patriam).
La pietas como virtud residía
dentro de la persona, a diferencia de una virtud o don como la Victoria, que
era dada por los dioses. La Pietas, sin embargo, permitía a una persona
reconocer el origen divino de los beneficios obtenidos.
Los romanos se creían los más
piadosos de los humanos y era por eso por lo que eran ayudados por los dioses.
También invitaban a los dioses de los enemigos vencidos a venir a Roma para ser
honrados. Es la Evocatio. Por tanto, los dioses de los vencidos dejan a estos
últimos que entonces llegan a estar incluso menos protegidos y auxiliados.
La pietas fue representada en
monedas por objetos de culto, pero también como una mujer que conduce un
sacrificio mediante fuego en un altar. En la imagenería del sacrificio, la
libación era el acto fundamental que venía a simbolizar la pietas.
Las primeras representaciones
de la pietas en las monedas romanas fueron en denarios emitidos por Marco
Herenio en 108 o 107 a. C..11 La pietas aparece en el anverso como una
personificación divina, en forma de busto, la cualidad de la pietas es
representada por un hijo transportando a su padre en su espalda. También
aparece con frecuencia en monedas imperiales, incluyendo las emitidas en
tiempos de Adriano.
Uno de los símbolos de la
pietas fue la cigüeña, descrita por Petronio como pietaticultrix,
"cultivadora de la pietas". La cigüeña representa la piedad filial en
particular, ya que los romanos creían que demostraba lealtad familiar volviendo
al mismo nido todos los años, y que cuidaba de sus padres cuando eran mayores.
Como tal, una cigüeña aparece junto a Pietas en una moneda emitida por Metelo
Pío.
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