Si un hombre gana la corona de hierba o la corona cívica,
independientemente de su linaje, entrará automáticamente en el Senado. Roma no
puede prescindir de sus héroes militares y de sus hijos más valientes y más
aptos.Y naturalmente que espero que haya apellidos ilustres entre los que
logren esas coronas, para que los nuevos no monopolicen la condición de
valentía. Los senadores han de ser los mejores entre los romanos,
independientemente de su condición social de origen.
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