Lo que más me urge al finalizar mi consulado es salir con mis tropas de Italia. Sólo derrotando a Mitrídates y saqueando Oriente lograré heredar la fama incomparable de Cayo Mario. Sólo trayendo a Roma el oro de Mitrídates podré sacarla de la crisis. Sólo realizando estas empresas me perdonaría Roma haber marchado sobre ella. Y sólo entonces me perdonaría la plebe por haber convertido su apreciada Asamblea en algo más apto para jugar a los dados y estar mano sobre mano.
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