El mismo raciocinio han recibido de los dioses las mujeres y los
hombres, el que utilizamos en las relaciones mutuas y con el que discurrimos
sobre cada cosa si es buena o mala y si es hermosa o fea. (...) Siendo así,
¿por qué entonces convendría a los hombres buscar e investigar cómo vivirían
mejor, que es en lo que consiste el filosofar, y a las mujeres no? ¿Acaso
porque conviene que los hombres sean buenos y las mujeres no?
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