Décimo
Junio Bruto Albino (en latín, Decimus Iunius Brutus Albinus; 85 a. C./81 a. C.1-43
a. C.) fue un político y militar romano que vivió durante el siglo I a. C. A
pesar de ser un primo lejano del dictador Julio César, Bruto fue uno de sus
principales asesinos. No debe ser confundido con Marco Junio Bruto, otro
miembro de la familia de los Junios Brutos que también participó en el complot.
Bruto
pasó su juventud en Roma en compañía de Publio Clodio Pulcro y Marco Antonio. Era
hijo de Sempronia, hija de Sempronio Tuditano, y Décimo Junio Bruto que fue
cónsul en el año 77 a. C. Bruto fue adoptado por Aulo Postumio Albino (de ahí
viene su cognomen Albino).
Sirvió
como legatus en el ejército de César durante la guerra de las Galias y recibió
el mando de la flota para combatir contra el pueblo galo de los vénetos en 56
a. C. En una decisiva batalla, Bruto
tuvo éxito en la destrucción de la flota véneta. Con el uso de ganchos con
forma de hoz ensamblados en largos postes, atacó a los barcos del enemigo. Así,
quedaron inmovilizados y a merced de los equipos de abordaje romanos. Bruto
también sirvió contra Vercingétorix en el año 52 a. C.
Cuando
estalló la segunda guerra civil, Bruto escogió el bando de su general, que le
proporcionó el mando de otra flota de operaciones.
La
ciudad griega de Massilia (actualmente Marsella) tomó partido por Pompeyo. César,
que marchaba a toda prisa hacia Hispania —a fin de doblegar al ejército
pompeyano comandado por Lucio Afranio y Marco Petreyo que allí estacionado—,
dejó a Bruto al mando de la flota del bloqueo naval a la ciudad mientras él
proseguía su camino. Bruto realizó un bloqueo tan intenso que en menos de
treinta días la ciudad se rindió.
Cuando
César volvió a Roma como dictador, Bruto se unió a la conspiración
anticesariana convencido por su pariente Marco Junio Bruto. Sin embargo, César
siguió confiando en él e incluso le mencionó en su testamento.
Obtuvo
el cargo de pretor como un nombramiento personal de César en 44 a. C y recibió
el gobierno de la provincia romana de la Galia Cisalpina en 43 a. C.
Cuando
César dudó si ir a la sesión del Senado debido al mal presentimiento que tenía
su esposa Calpurnia. Décimo Junio Bruto persuadió a César para que acudiera
ridiculizando los malos presentimientos de la esposa. Según el historiador
Nicolás de Damasco, fue el tercero en apuñalar a César, clavándole el arma en
el costado. Existe la posibilidad de que la famosa frase de César antes de
morir fuera dirigida a él, ya que fue su lugarteniente en la Galia y uno de sus
herederos.
Los
asesinos recibieron una amnistía general al día siguiente promovida por el
Senado a instigación de Antonio, el cónsul del año junto a César. Pero la
situación se estaba tornando cada vez más difícil. Los romanos y los
legionarios veteranos de César exigían que los asesinos recibieran su castigo. Estos
decidieron huir. Marco Bruto, valiéndose de su cargo de pretor peregrino, huyó
de la ciudad. Los conspiradores se vieron envueltos en una auténtica corriente
de odio y temieron su propia muerte. Bruto Albino huyó a su provincia de la
Galia Cisalpina en 43 a. C. y empezó a reclutar su propio ejército. Cuando el
Senado le exigió que entregara su provincia a Antonio, Bruto se negó. Antonio
respondió a este acto de provocación declarando enemigo público a Bruto. Antonio
derrotó a Décimo Bruto y retomó el control de la provincia.
En 43
a. C., Bruto tomó Mutina y empezó a acumular provisiones preparándose para un
largo sitio. Antonio sitió a Décimo Bruto, pretendiendo rendirlo por hambre.
Sin
embargo, los cónsules del año, Aulo Hircio y Cayo Vibio Pansa Cetroniano,
marcharon al norte de Italia para levantar el sitio. El Senado, dirigido por
Marco Tulio Cicerón, se inclinaba a considerar a Marco Antonio un enemigo de la
patria. El heredero de diecinueve años de César, Cayo Julio César Octaviano, ya
había obtenido el rango de pretor y acompañó a Pansa al norte. El primer
enfrentamiento tuvo lugar el 14 de abril en la batalla de Forum Gallorum, donde
Antonio esperaba poder llegar a un acuerdo con sus oponentes. Antonio derrotó a
las fuerzas de Pansa y Octaviano. Aunque Pansa sufrió heridas mortales, Antonio
fue derrotado por un ataque por sorpresa de Aulo Hircio. Una segunda batalla
tuvo lugar el 21 de abril en Mutina en la que Hircio derrotó de forma
aplastante a Antonio. A pesar de ello Hircio murió en la batalla. Antonio
levantó el sitio y marchó para unirse a Marco Emilio Lépido, Publio Ventidio
Baso y Lucio Munacio Planco.
Con
el sitio levantado, Décimo Bruto se apresuró a agradecer al ahora comandante de
las legiones, Octavio, que le respondió fríamente que no se sentía feliz de
ayudar a uno de los asesinos de César. Octavio le concedió el mando de la
guerra contra Antonio. Sin embargo, su posición se deterioraba por momentos,
pues muchos de sus soldados se pasaban al ejército de Cayo Julio César
Octaviano. Por eso intentó llegar a Macedonia para unirse a Marco Junio Bruto y
Cayo Casio Longino, pero de camino fue capturado y ejecutado por un jefe galo
leal a Antonio, siendo el primero de los asesinos de Cayo Julio César en morir.