Los
hombres iban allá a gobernar las provincias y amasar fortuna a costa de la
población: vendían la ciudadanía, vendían el derecho de exenciones tributarias,
confiscaban bienes, regulaban el precio del grano, se apropiaban de las obras
de arte, aceptaban sobornos de los publicani y cedían a cambio de dinero sus
lictores e incluso sus tropas a los recaudadores de deudas de los prestamistas
romanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario