No hay dinero en el Tesoro, los
banqueros no queréis prestar, el mercado está bajo para vender bienes públicos,
los templos romanos no quieren prestar a cuenta del futuro botín ganado a
Mitrídates. Pues entonces obtendré el dinero de los templos de Grecia que se
han aliado a Midrídates. ¡Oídme, o una cosa u otra, vosotros y los dioses!. ¡No
sé los dioses de Roma, pero todos los que estáis aquí sabéis perfectamente
cuánto cuesta mantener las legiones en pie de guerra!. Si podemos rebañar
doscientos talentos, puedo llevar seis legiones hasta Grecia, lo cual es una
fuerza insignificante para hacer frente a doscientos cincuenta mil soldados del
Ponto... ¡Os recuerdo que un soldado póntico no es un bárbaro germano desnudo!.
Yo he visto las tropas de Mitrídates y están armadas y entrenadas como las de
nuestras legiones. No son tan buenos, imagino, pero sí mucho mejor que los
bárbaros germanos desnudos, aunque sólo sea porque llevan coraza y están
acostumbrados a la disciplina. Igual que hizo Cayo Mario en campaña, no quiero
perder soldados. Y eso significa dinero para intendencia y dinero para
mantenimiento del equipo. Dinero que no tenemos.., dinero que no permitís que
me lo den los dioses de Roma. ¡Así que os prevengo, y oídlo claramente, que
cuando llegue a Grecia cogeré el dinero que necesite de Olimpia, de Dodona, de
Delfos y de donde sea. Lo que quiere decir, flamen dialis, pontífice máximo,
que más vale que os pongáis realmente manos a la obra con nuestros dioses
romanos, y esperemos que en esta ocasión tengan más poder que los dioses
griegos!.
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