Ninguno
de nosotros ignora la grave situación financiera de Roma, tanto en el área
pública como en la privada. Los cuestores urbanos me comunican que el Tesoro
está vacío y los tribunos del Tesoro me han dado la cifra de lo que debe Roma a
las diversas empresas e individuos de la Galia itálica; una cifra superior a
tres mil talentos de plata y que aumenta a diario por dos motivos: primero
porque Roma se ve aún obligada a comprar a esas empresas e individuos; segundo,
porque el monto principal no se ha pagado, los intereses no se han pagado y no
siempre podemos abonar los intereses de los intereses impagados. Los negocios
se van a pique. Los que en el sector público han prestado dinero, no pueden
cobrar deudas ni intereses, ni intereses sobre los intereses impagados. Y los
que han pedido dinero prestado están aún en peores condiciones.
Por
consiguiente, requiero que esta Cámara envíe un senatus consultum a la
asamblea de todo el pueblo representado por sus tribus, patricias y plebeyas,
solicitando una lex Cornelia al siguiente efecto: que todos los
deudores, ciudadanos romanos o no, queden obligados a pagar únicamente interés
simple, es decir interés sólo sobre la deuda contraída, al porcentaje acordado
por las partes en el momento del préstamo. Queda prohibido el cobro de interés
compuesto y del interés simple a un porcentaje más alto del acordado en
principio.
Sé
que algunos no estáis de acuerdo porque habéis prestado dinero, pero no hay
vencedores en una guerra civil. Y esta guerra que ya toca a su fin es una
guerra civil. Mi opinión personal es que ningún itálico puede jamás ser romano,
pero soy lo bastante romano para respetar las leyes que últimamente se han
promulgado para que los itálicos se conviertan en romanos. Roma no obtendrá
botín, ni indemnización suficiente para cubrir con una capa de lingotes de plata
el suelo del templo de Saturno.
Los
tesoros de los itálicos están tan agotados como el nuestro. Los nuevos
ciudadanos que figurarán en los rollos están cargados de deudas y empobrecidos
como los propios romanos. En tales circunstancias, habrá que empezar de nuevo
en otra parte, ya que promulgar una anulación general de deudas es impensable.
Pero tampoco se puede agobiar a los deudores hasta ahogarlos. En otras
palabras, lo lógico y equitativo es reducir los dos términos del binomio. Y eso
es lo que pretende la lex Cornelia.
La
deuda de Roma a la Galia itálica cae dentro del ámbito de mi lex Cornelia.Todos
sabemos que la Galia itálica es muy rica. La guerra en la península no la
afectó y ha ganado mucho dinero con esta guerra. Por consiguiente, ella y sus
comerciantes pueden perfectamente soportar la anulación de medidas como el
interés compuesto. Gracias a Cneo Pompeyo Estrabón, toda la Galia itálica al
sur del Padus es ahora totalmente romana y a los principales centros al norte
del río se les han otorgado derechos latinos. Yo creo que es muy justo que la
Galia itálica reciba el mismo trato que las demás comunidades romanas o
latinas.
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