Los triunfos han sido una maldición para Roma.
¿Cuántas guerras innecesarias se libraron porque los generales aspiraban a la
gloria de cabalgar coronados por las calles de Roma, con cautivos encadenados
detrás de ellos y los despojos de guerra amontonados en carros?. Augusto se dio
cuenta de ello, y decretaría que para desfilar el general debía de estar
vinculado con la familia imperial.
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