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miércoles, 21 de marzo de 2018

LA MUERTE DE MARCO AURELIO ESCAURO TRAS SER CAPTURADO EN LA BATALLA DE AURASIO




Cuando las primeras filas de la masa germana llegaron a las vallas del campamento de Aurelio, las rebasaron como una marea. Aurelio no llegó a comprender lo que pasaba; él había imaginado, lógicamente, que tendría tiempo para ensillar los escuadrones de caballería y que la empalizada, extraordinariamente bien fortificada, resistiría la embestida de los bárbaros el tiempo suficiente para sacar sus tropas por la puerta trasera e intentar una maniobra de flanco. Pero no fue así. Era tal la masa envolvente de germanos que el campamento se vio rodeado por todas partes en cuestión de minutos y los bárbaros lo asaltaron a millares por los cuatro lados. No estando acostumbradas a luchar a pie, las tropas de Aurelio hicieron lo que pudieron, pero aquello fue una carnicería más que una batalla. A la media hora, apenas quedaba un romano vivo, y Marco Aurelio Escauro cayó prisionero antes de poder echarse sobre la espada.

 

Llevado a presencia de Boiorix, Teutobodo y del resto de los cincuenta jefes de los invasores germanos, Escauro supo conducirse con insuperable entereza, cabeza erguida y gesto altivo, sin que le afectasen las ofensas y agresiones que le infligieron ni le obligasen a agachar la cabeza. Le metieron en una gran jaula de mimbre, obligándole acontemplar cómo hacían una pira con buena leña, le prendían fuego y la dejaban arder. Aurelio miraba con las piernas erguidas, sin temblarle las manos ni mostrar temor alguno ni aferrarse a las barras de su reducida prisión. Como no formaba parte del plan que Aurelio muriese asfixiado por el humo o que pereciese rápidamente consumido por las llamas, aguardaron a que se hiciesen brasas y luego colgaron la jaula sobre ellas para asarle vivo. Pero fue él quien venció, aunque fuese una victoria pírrica, pues no dejó que de su boca saliera un solo estertor o grito de agonía ni encogió las piernas. Murió como un auténtico noble romano para que su conducta les enseñara la verdadera dimensión de Roma y se grabara en sus mentes la urbe capaz de dar hombres como él, un romano descendiente de romanos.



2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Otra forma de morir batallando en favor de su patria. Si se perdía solo esperaba la esclavitud o la muerte ( y a veces de manera atroz). Por eso incluso se estaba preparado para morir conociendo o procurándose la forma, según las circunstancias de la situación o de la derrota. Y muchas veces salía mucho más a cuenta morir de determinada forma, dejando algo en favor de la patria en actitud post mortem.

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