Nunca imaginé las dificultades que debe uno
afrontar para mantenerse a flote en su condición consular, y no digamos para
engrandecer a Roma. No es nada fácil, lo reconozco, pero....¿Qué hombre
realmente grande y de valía quiere un camino sin obstáculos?. Cuantos más
obstáculos, mayor satisfacción se logra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario