Ya no soy rico . En mis inútiles tentativas por servir a mi país
descuidé mis negocios y el ejercicio de mi profesión y ahora que llega el
invierno de mi vida, me siento lleno de ansiedad. Yo he conocido la pobreza y
no la recuerdo con placer. Los que jamás la han conocido pueden decir que tiene
sus encantos. Eso es mentira. Yo temo a la pobreza tanto como a la muerte: es
degradante. Así que debo preocuparme de hacer nuevas inversiones y volver a
estudiar las leyes... esas leyes que tanto se han complicado en los últimos
años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario