Antes de Cleopatra, los
reyes de la dinastía de los Ptolomeos ni siquiera intentaron aprender la lengua
egipcia; y algunos no sabían ni hablar el dialecto macedonio. Ella, sin
embargo, podía hablar sin ayuda de intérpretes con egipcios, etíopes,
trogloditas, judíos, árabes, sirios, medos y partos. Plutarco dice que, aunque
no tenía una belleza deslumbrante, poseía una voz muy agradable, y con la mayor
facilidad acomodaba su lengua, como si fuera un órgano de muchas cuerdas, al
idioma que deseara.
( Plutarco en
"Vida de Antonio")
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