(...) Generalmente, nadie obtiene a la vez bienes grandes y duraderos; la
felicidad que permanece hasta el fin es la que llega lentamente.
(...) La felicidad que no se modera, se destruye a sí misma.
(...) No creas nunca feliz a nadie que esté pendiente de la felicidad.
(...) No creas que se puede llegar a ser feliz por la desgracia ajena.
(...) No dura ni llega a su fin sino la felicidad que viene poco a poco.
(...) Poseerás todo tu bien cuando comprendas que los considerados como
felices son, en realidad muy desgraciados.
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