- Mamá, ¡esto es una locura! ¿No lo ves? ¡Estás desafiando
al poder de Roma! Sé que Marco Antonio es un gran general y tiene un gran ejército,
pero si todos sus recursos entran en juego, Roma no puede ser derrotada. Le
llevó ciento cincuenta años aplastar Cartago, pero Cartago fue aplastada, ¡tanto,
que nunca más se volvió a levantar! Roma es paciente, pero no le llevará ciento
cincuenta años aplastar Egipto y el este de Antonio. ¡Por favor, te lo ruego,
no le ofrezcas a César Octavio la oportunidad de venir al este!. Considerará la
concentración de todas las fuerzas de Antonio en Éfeso, tan apartado de
cualquier región con problemas, como una declaración de guerra. ¡Por favor, por
favor, mamá, te lo ruego, no hagas esto!
- Mamá, Octavio ni siquiera
ha comenzado a utilizar sus recursos. Por mucho que quiera a Marco Antonio, no
es rival de Marco Agripa en tierra o mar. Octavio puede ocupar la tienda de
mando, pero dejará la conducción de la guerra a Agripa. ¡Te lo advierto, Agripa
es el eje de todo! ¡Es formidable! Roma no ha producido otro igual desde mi
padre
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