Si hacía falta algo más para demostrarme que tú fuiste
parte del complot para asesinar a mi divino padre, Antonio, ésta es. De todos
los actos infames traicioneros y repugnantes de tu siniestra carrera, éste es
el peor. A sabiendas de que estos dos hombres que has contratado a tu servicio,
los almirantes Décimo Turullo y Casio Parmensis, son asesinos, los has tomado a
tu servicio en lugar de ejecutarlos públicamente. No te mereces ostentar una
magistratura romana, ni siquiera de las más bajas. Tú no eres mi compañero, tú
eres mi enemigo, de la misma manera que eres enemigo de todos los hombres
romanos decentes y honorables. Pagarás por esto, Antonio, lo juro por Divus
Julius. Lo pagarás.
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