¡Antonio,
él es tan astuto! No hay ninguna represalia para aquellos que nos hemos negado
a jurar; ¡pretende que las futuras generaciones se sientan impresionadas por su
clemencia, sombras de su divino padre! Incluso ha enviado comunicados a los magistrados
de Bononia y Mutina -¡tus ciudades, llenas de tus clientes!- donde dice que
nadie debe ser obligado a jurar. Supongo que el juramento será extendido a las provincias
de Octavio, que no serán tan afortunadas. Todos los provincianos tendrán que
jurar quieran o no; no tendrán alternativa, como Bononia, Mutina o yo.
Te puedo
decir, Antonio, que la gente está jurando en grandes cantidades, de forma
absolutamente voluntaria. Los hombres de Bononia y Mutina juran, y no porque se
sientan intimidados. Lo hacen porque están tan hartos de las incertidumbres de
los últimos años que preferirían votar el centunculus de un payaso si creyesen
que eso pudiese traer estabilidad. Octavio te ha separado de la próxima campaña;
tú no eres más que un bobo drogado y borracho de la Reina de las Bestias. Lo
que me fascina, sobre todo, es que Octavio no ha dejado de citar a la reina de
Egipto. Nombra al rey Ptolomeo XV César junto a ella como agresor.
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