Eran las sacerdotisas de Vesta. Seis en total, eran investidas a los siete años y ejercían su sacerdocio durante tres décadas. Ser virgen era requisito indispensable, y se creía que su castidad traía buena suerte a Roma. Si se las juzgaba y declaraba culpables por infringir el voto de castidad, eran quemadas vivas. Vivían en la Domus Publica. Cuando acababan su servicio podían casarse, pero pocas lo hacían.
ESCULTURAS DE LAS VESTALES:
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