Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
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domingo, 26 de abril de 2015
¿QUIÉN ERA EL DICTADOR?
LUCIO CORNELIO SILA, Y CAYO JULIO CÉSAR, LOS
DOS DICTADORES MÁS CONOCIDOS DE ROMA Era el magistrado romano que no era elegido sino nombrado por el cónsul, siguiendo instrucciones del Senado, para que manejara una crisis extraordinaria en el gobierno, en su origen una guerra que amenazaba con la invasión del territorio.
Sus obligaciones, por tanto, se suponían militares. Su otro título era magister populi, Maestro de la Infantería, y su primer acto era nombrar a su subordinado, el magister equitum, o Maestro del Caballo.
Durante los albores de la República, su función consistía en gestionar la guerra y dejar como mínimo un cónsul para que continuara con el gobierno civil.
El cargo se ejercía durante seis meses, lo que duraba la temporada de campaña. El nombramiento se llevaba a cabo mediante la lex curiata .
El dictador estaba precedido por veinticuatro lictores cuyas fasces sostenían las hachas, incluso en el pomerium..
De los magistrados, el dictador era el único que gozaba de impunidad durante su mandato; no se le podía llevar a juicio por sus acciones hasta que dejara su puesto.
No obstante, poco a poco, y a medida que los enemigos históricos de Roma fueron subyugados, la necesidad de un dictador disminuyó.
Esto, combinado con la desconfianza del Senado hacia el cargo, dio como resultado los intentos de resolver las crisis de una forma menos individualmente autoritaria empleando para ello el Senatus Consultum Ultimum .
Cuando en el año 81 a.C. fue nombrado dictador tras marchar sobre Roma, Sila se arrogó de forma deliberada poderes con suficiente entidad legal, aunque en modo alguno tradicionales.
Inviolable e inmune, utilizó el cargo para promulgar leyes y elaborar una nueva constitución para llenar el Erario, que estaba vacío, y deshacerse de sus enemigos haciéndolos ajusticiar.
Cuando al cabo de seis meses no dimitió de su cargo, muchos supusieron que nunca lo haría; no obstante, en el 79 a.C., renunció a la vida pública.
Por tanto, cuando César se convirtió en dictador (también tras marchar sobre Roma), encontró el camino allanado por el ejemplo de Sila y llevó incluso más allá los poderes dictatoriales.
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