La paciencia fortifica la fe, trae la paz, ayuda a la caridad, instruye la
humildad, acepta la penitencia y la practica, domina la carne, conserva el
espíritu, refrena la lengua, retiene la mano, soporta las tentaciones, destruye
los escándalos, consuma el martirio, consuela a los pobres, disminuye los
males, regocija a los fieles, hace recomendables a los criados antes sus amos,
es amable en los niños, laudable en los jóvenes, venerable en los ancianos,
admirable, en fin, en ambos sexos y en toda edad y condición.
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