Si posees muchas riquezas y las guardas cerradas en el arca con cien
llaves, y nunca te atreves a tocarlas por temor de que desaparezcan de tu
vista, serás rico en la apariencia y pobre en la realidad, pues ningún uso
haces del oro. Si, por el contrario, careces de ese metal, pero sujetas tu
imaginación y no deseas objeto ninguno de los que dependen de los hombres o de
la fortuna, serás pobre en el nombre y rico en verdad, pues no carecerás de
nada. La pobreza y la riqueza están, en manos del hombre y bajo su dominio,
como todas las otras cosas criadas por la naturaleza.
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