En
solares de mi propiedad construí, con dinero de mi botín de guerra, el templo
de Marte Vengador y el Foro de Augusto. Edifiqué el Teatro que hay cerca del
templo de Apolo, en un terreno que, en gran parte, compré a particulares; y le
dí el nombre de mi yerno, Marco Marcelo. En el Capitolio consagré ofrendas procedentes
de mi botín de guerra a los templos del Divino Julio, de Apolo, de Vesta y de
Marte Vengador, que me costaron unos 100 millones de sestercios. En mi quinto
consulado [29 a.C.] devolví a los municipios y colonias de Italia 35.000 libras
de oro coronario del que me había sido ofrecido por mis triunfos oficiales. Y,
en adelante, cada vez que hube de recibir una aclamación oficial como
'imperator', no quise aceptar esas ofrendas de oro coronario que se me seguían
ofreciendo con la misma generosidad que antaño mediante acuerdos oficiales de
los municipios y las colonias.
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