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domingo, 26 de octubre de 2014

EL CÓNSUL Y DICTADOR LUCIO CORNELIO SILA

ESCULTURA DE LUCIO CORNELIO SILA

Lucio Cornelio Sila (138-78 a.C.), general y político romano, dirigió a los optimates (partido aristocrático) durante la guerra civil que agitó a la República romana desde el 88 hasta el 82 a.C.


Nacido en una familia patricia, la gens Cornelia, Sila comenzó su carrera militar en el 107 a.C. como cuestor durante el consulado de Cayo Mario. Participó en la guerra de Yugurta (111-106 a.C.) en África y persuadió a Bocchus (Bocco) I, rey de Mauritania (reinó en 111-80 a.C.), de que entregara prisionero a su yerno Yugurta, rey de Numidia, al ejército romano. 


Este acto terminó con la guerra, pero también inició la enemistad con Mario, quien cada vez se sentía más celoso de su oficial subalterno. Sin embargo, Sila continuó al servicio de Mario hasta el 103 a.C., durante las campañas contra los cimbrios y teutones en Germania (104-101 a.C.). En el 93 a.C. fue pretor y al año siguiente propretor en Cilicia.


Sila fue nombrado cónsul después de su éxito durante la Guerra Social (90-88 a.C.), que tuvo lugar entre los romanos y sus aliados italianos del norte, quienes demandaban más privilegios. Ese mismo año (88 a.C.), Sila recibió del Senado el mando para combatir contra el rey del Ponto Mitrídates VI Eupátor. Mario, líder de los populares (partido de los plebeyos) y enemigo enconado de Sila, intentó destituirle de su mando provocando así la guerra civil.

 

 Después de la derrota de los partidarios de Mario y la huida de éste, Sila se dirigió a Asia Menor, donde derrotó a Mitrídates hacia el 85 a.C. después de vencerle en las batallas de Queronea y Orcómeno un año antes. Al regresar a Roma, después de reorganizar la provincia de Asia y saquear Grecia, aplastó al poderoso partido de los seguidores del ya fallecido Mario con la ayuda de Quinto Cecilio Metelo Pío y de Cneo Pompeyo.



En el 82 a.C. se nombró dictador, adoptando el nombre de Félix (‘el Afortunado’), y condenó a muerte o al exilio a la mayoría de los que apoyaron a Mario. Sila instituyó una reforma constitucional completa que suponía la restauración del poder del Senado y la aristocracia, imponiendo controles estrictos sobre los tribunos y otros magistrados. Su organización del sistema de procedimiento criminal mediante el incremento del número de quaestiones perpetuae fue de especial importancia, pues se establecieron en Roma los primeros juzgados penales permanentes.


 

Su reforma autoritaria, que separó las magistraturas civiles de las militares, convirtió su gobierno en algo que algunos historiadores han considerado como la primera administración imperial, aunque todavía dentro de las formas republicanas. En el 79 a.C. renunció a la dictadura y se retiró a Cumas, en Campania, donde murió un año más tarde.




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