(...) La verdadera gloria echa raíces y se propaga; en cambio la falsa es
cual florecilla, que rápidamente se aja y agosta, pues nada ficticio puede ser
duradero.
( ...) Si es una ligereza perseguir el fantasma de una vana reputación o
correr tras la sombra de falsa gloria, también indica pequeñez de ánimo huir de
la luz y de sus esplendores rechazando una gloria legítima, honrosa recompensa
de la verdadera virtud.
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