Lo que me resulta más injusto es verme obligado a aplicar
con más rigor por medio de mi edicto lo que los dos Augustos, uno de ellos el
más grande de los dioses ( Augusto ), y el otro el más grande de los
emperadores ( Tiberio), se han esforzado denodadamente en prevenir, a saber,
que nadie haga uso de ejecutorias sin previo pago. Pero como la indisciplina de
ciertos individuos exige la aplicación inmediata de un castigo, he creado en
todos los pueblos y ciudades un registro de esos servicios que a mi juicio
deben ser ofrecidos, con la intención de que eso se cumpla o, en caso
contrario, de obligar a hacerlo no sólo por el poder que ostento, sino también
con el de la autoridad del mejor de los príncipes ( Augusto ), del que recibí
instrucciones escritas en ese sentido.
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